El 6 de enero de 1889, Burckhardt mostró la carta que recibió de Nietzsche a Overbeck. El siguiente día Overbeck recibió una carta reveladora semejante, y decidió que Nietzsche debería volver a Basilea. Overbeck viajó a Turín y trajo a Nietzsche a una clínica psiquiátrica en Basilea.
Por ese tiempo, Nietzsche estaba enteramente sumergido en la locura, y su madre Franziska decidió llevarlo a una clínica en Jena bajo la dirección de Otto Binswanger. Desde noviembre de 1889 a febrero de 1890, Julius Langben intentó curar a Nietzsche, sentenciando que los métodos del doctor eran ineficaces para curar su condición. Langbehn asumió más y más control sobre Nietzsche. En marzo de 1890, Franziska sacó a Nietzsche de la clínica, y en mayo de 1890 lo llevó a su casa en Naumburgo.
Durante este proceso, Overbeck y Gast contemplaban la idea de qué hacer con el trabajo no publicado de Nietzsche. En enero de 1889 se pusieron a planear la salida de El crepúsculo de los ídolos, por esa época ya impreso y atado. En febrero, ordenaron una edición privada de 50 copias de Nietzsche Contra Wagner, pero el publicista C. G. Nauman en secreto imprimió 100. Overbeck y Gast decidieron publicar con reservas El Anticristo y Ecce homo debido a su contenido más radical.
En 1893, Elisabeth Nietzsche volvió de Paraguay3 después del suicidio de su marido. Leyó y estudió los trabajos de Nietzsche, y pieza por pieza tomó control sobre ellos y su publicación. Overbeck fue paulatinamente relegado al ostracismo, y Gast finalmente cooperó. Después de la muerte de Franziska en 1897, Nietzsche vivió en Weimar, donde fue cuidado por Elisabeth, quien permitió a la gente visitar a su poco comunicativo hermano.
El 25 de agosto de 1900, Nietzsche murió después de contraer neumonía. Por deseo de Elisabeth, fue inhumado como su padre en la iglesia de Röcken.
La causa del hundimiento de Nietzsche ha sido un tema de especulación y origen incierto. Un frecuente y temprano diagnóstico era una infección de sífilis, sin embargo, algunos de los síntomas de Nietzsche eran inconsistentes con los típicos casos de sífilis. Otro diagnóstico era una forma de cáncer cerebral.[cita requerida] Otros sugirieron que Nietzsche experimentó un despertar místico, similar a los estudiados por Meher Baba.[cita requerida] Mientras muchos comentaristas ven el decaimiento de Nietzsche como no relacionado con su filosofía, algunos, incluyendo Georges Bataille y René Girad, argumentan que este hundimiento debe ser considerado como un síntoma de un desajuste psicológico trasladado a su filosofía.[cita requerida] En su libro La lucha contra el demonio, Stefan Zweig presenta una psicobiografía sobre Nietzsche en que sitúa la etiología de su locura desde un ángulo puramente psicogénico.
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